El desarrollo de China y las oportunidades que conlleva
2021/12/04


En los últimos dos años, la pandemia Covid-19 ha presentado graves desafíos a la economía mundial. La reciente variante ómicron ha agregado nueva incertidumbre a la ansiada recuperación económica.


China es la segunda economía del mundo y lleva años aportando alrededor de 30% al crecimiento mundial. Es el mayor socio comercial de más de 50 países y regiones y socio principal de otros 120 países y regiones. Entonces, cómo va la economía china ha sido comentado y debatido con amplio interés por los analistas.


De enero a septiembre de 2021, el PIB de China creció en 9,8%, con un promedio interanual de 5,2%, pero el ritmo se redujo a 4,9% en el tercer trimestre. Teniendo en cuenta la referencia de base de los cuatro trimestres del año pasado, -6,8%, 3,2%, 4,9% y 6,5% respectivamente-, y los factores coyunturales de aislada reincidencia pandémica y algunos desastres naturales en China, la desaceleración no fue del todo imprevista.


Por otro lado, en el mismo período se crearon 10,45 millones de puestos de trabajo, cumpliendo 95% del objetivo para todo el año. El índice de precios al consumidor (IPC) se incrementó en 0,6%, muy por debajo del previsto 3%. Las ventas al por menor aumentaron en 16,4%, con un alza promedio interanual del 3,9%. La producción de vehículos de nuevas energías, robots industriales y circuitos integrados, como áreas manufactureras de alta tecnología, aumentó en 172,5%, 57,8%, 43,1% respectivamente. 


Las agencias internacionales en su mayoría preven que la economía china podrá alcanzar este año un crecimiento alrededor del 8%.


El año pasado, frente a la caída del comercio mundial, el comercio exterior de China continuó la tendencia de aumento por 16 meses consecutivos. El tren expreso China-Europa, conocido como "Steel Camel Team", ha operado más de 40.000 trenes, convirtiéndose en una conexión estable en medio de las incertidumbres de la pandemia que arrastran las cadenas de abastecimiento.


En los primeros tres trimestres de este año, el cómputo de las importaciones y exportaciones de bienes de China creció en 22,7%. Los puertos chinos arrojaron un rendimiento de carga y descarga de 11.548 millones de toneladas y un total de 211 millones de contenedores TEU, con tasas de aumento del 8,9% y 9,5 % respectivamente, lo que pone de relieve la enorme resiliencia de las cadenas chinas de suministro y la fuerte demanda global de los productos chinos.


En 2020, el comercio entre China y la UE alcanzó los $649.600 millones de dólares, y China se convirtió por primera vez en el socio comercial No.1 de la UE. De enero a septiembre de este año, el comercio entre China y la UE alcanzó los $599.340 millones de dólares, con un aumento del 30,4%.


Hoy por hoy, China es el mayor socio comercial de España fuera de la UE y España es el 5º socio comercial de China en la UE. De enero a septiembre de este año, el comercio bilateral superó los $35.000 millones de dólares, con un alza del 29,7%. De este volumen, las exportaciones españolas a China fueron de $9.612 millones de dólares, con un aumento del 31,3%.


La pandemia ha puesto de relieve los riesgos de las cadenas globales de suministro, por lo tanto se observa una aceleración de la relocalización, la regionalización y la descentralización de las mismas. Como consecuencia, las empresas multinacionales en China vienen reconfigurando su presencia de forma constante. Algunas se van y otras vienen.


Según encuestas pertinentes, más del 90% de las empresas de inversión extranjera en China se muestran optimistas sobre sus negocios en el mercado chino, ya que éste es un mercado de consumo que, con su población de 1.400 millones habitantes, -más de 400 millones son de ingreso medio-, presenta un tamaño y un potencial de crecimiento incomparables, con una "atracción magnética" a la inversión extranjera que no deja de crecer día a día. En los primeros 10 meses de 2021, el uso real de capital extranjero por parte de China fue de $142.000 millones de dólares, un ascenso del 23,4%, dejando entrever que China sigue siendo uno de los más atractivos receptores de inversión en el mundo.


Recientemente, llaman mucha atención una serie de acciones adoptadas por China para reforzar la regulación del mercado, dirigidas a promover la competencia leal, corregir monopolios sectoriales y evitar caos en la expansión del capital. Dichas acciones han logrado resultados positivos, en el sentido de que vienen en aumento las inversiones en la innovación tecnológica, las nuevas energías, las manufacturas de alta gama, internet industrial de cosas, etc., ampliando aún más las ventajas comparativas de China en la economía digital. La economía de plataformas funciona de manera más ordenada y está redundando mayores beneficios del desarrollo de alta calidad y la vida de mejor cualidad de la gente.


De cara al futuro, China apostará por un desarrollo que sea innovador, coordinado, verde, abierto y de frutos mejor repartidos, y forjará un nuevo paradigma de crecimiento que tendrá como pilar la circulación doméstica y que se verá reforzado por la interacción virtuosa entre las circulaciones doméstica e internacional. Seguro que China, al tiempo de promover el crecimiento continuo y estable propio, ofrecerá nuevas oportunidades de cooperación y desarrollo al resto del mundo.


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