El Cónsul General Sr. Zhu Jingyang acepta la entrevista del periódico EL ESPAÑOL
2023/04/18

El 10 de abril de 2023, el Cónsul General de la República Popular China en Barcelona Sr. Zhu Jingyang aceptó la entrevista por el periódico EL ESPAÑOL sobre las relaciones entre China y España,Estados Unidos, Rusia y la crisis en Ucrania etc.El día 17 se publicó el contenido de la entrevista en EL ESPAÑOL.

El texto completo es el siguiente:


En la cuenta personal de Twitter de Zhu Jingyang pueden encontrarse desde vídeos de graciosos osos panda jugando entre ellos o de personas cocinando enormes woks de fideos picantes hasta mensajes que incluyen duras críticas contra Estados Unidos por sus palabras sobre China. "Hipócrita", escribe en uno de ellos. En chino, castellano y catalán, sus redes sociales parecen no descansar. 

Nacido hace 51 años en el condado chino de Danyang, a 230 kilómetros al oeste de Shanghái, Zhu es desde 2021 el cónsul general de China en Barcelona. Está casado y tiene un hijo, según se detalla en su curriculum vitae. Su acento latino delata su trayectoria diplomática: durante dos décadas ha desempeñado distintos cargos en la División de la Dirección General de América Latina y el Caribe del Ministerio de Relaciones Exteriores chino y en las embajadas de Perú y Argentina.

Abierto a responder a todas las preguntas, Zhu echa mano de las metáforas. Sobre la reciente escalada de tensión entre Washington y Pekín dice que es como los botones de una camisa: "si no abrochas bien el primero, no hay manera de poner en orden los siguientes". Y compara a Estados Unidos con "un atleta olímpico que en lugar de pensar en cómo correr su mejor tiempo, siempre está tratando de poner la zancadilla al otro". Sobre la forma de Gobierno china asegura que es como los zapatos; "sólo uno mismo sabe si le quedan bien o no".

En 2022, su país volvió a saltar a la arena internacional tras tres años de aislamiento por la restrictiva política de 'cero covid'. Su presidente, Xi Jinping, acaba de renovar un tercer mandato y trata de recuperar el tiempo perdido: en los últimos meses la capital del país se ha convertido en un hervidero diplomático al que no paran de llegar líderes europeos para tratar, entre otras cosas, de que China contribuya a resolver la guerra de Rusia en Ucrania.

El diplomático recibe a EL ESPAÑOL en la sede del consulado de la República Popular China en Barcelona ubicada en la Avenida Tibidabo, donde desfilan, una tras otra, imponentes torres modernistas que llegan hasta la montaña del Parque Natural de Collserola. "Hace buen día", señala el cónsul mientras nos dirige al jardín principal, donde hay un par de sillas armoniosamente colocadas alrededor de una mesa sobre la que descansan un jarrón con flores y dos tazas de té.

El presidente del Gobierno de España, Pedro Sánchez, viajó a China a finales de marzo. ¿Cómo valora su reunión con el presidente chino, Xi Jinping?

Me gustaría contextualizar el encuentro entre Sánchez y Xi dentro de la buena relación personal que existe entre ambos. No es la primera vez que se reúnen: Xi visitó España en 2018 y el noviembre pasado se encontraron en Bali, Indonesia, en la cumbre del G20. Hay buena sintonía y la cumbre ha sido positiva.

¿Por qué China ha decidido extender la invitación justo ahora? 

Por un lado, porque este año se celebra el 50 aniversario de las relaciones diplomáticas entre China y España, por lo que ambos líderes aprovecharon para reforzar ese vínculo bilateral desde una perspectiva estratégica y con una visión de largo plazo basada siempre en el respeto mutuo. Por otro lado, nos encontramos en medio de una situación internacional de muy profundos, complejos y veloces cambios que hacían necesaria esa reunión entre dos actores globales. 

No obstante, Sánchez ha sido el primer líder europeo en visitar Pekín después de la reelección del presidente Xi en marzo. Hay quien sostiene que es una manera de cortejar a Europa justo ahora que España, en julio, va a asumir la presidencia del Consejo de la Unión Europea (UE). ¿Qué opina? 

Sé que este tipo de comentarios son inevitables. Pero ha pasado desapercibido que Sánchez fue el último líder europeo que participó como invitado de honor en la conferencia anual del Foro Asiático Boao en la provincia de Hainan. En este foro, conocido como "el Davos Asiático", Sánchez hizo hincapié en el rechazo a un mundo fragmentado y al corte artificial de las cadenas globales de producción y suministro. Además, resaltó que las relaciones entre la UE y China no tienen por qué ser contradictorias, sino cooperativas y mutuamente beneficiosas. 

La presidenta de la Comisión Europea, Ursula von der Leyen, también viajó, junto al presidente francés, Emmanuel Macron, a Pekín. Sin embargo, antes de su visita, la jefa del Ejecutivo europeo acusó a China de "querer cambiar el orden mundial para imponer su dominio" y de manejar sus herramientas "de coerción económica comercial" para ello. ¿Cómo explica esa contradicción? 

Algunos medios de comunicación suelen sacar de su contexto las palabras de los políticos y los políticos se aprovechan de eso para mantener un alto perfil mediático. Es importante escuchar lo que dicen, pero sobre todo observar lo que hacen. Durante su visita a China, Von der Leyen tuvo una reunión con el presidente Xi en la que dijo que "los intercambios y el aprendizaje mutuo entre la civilización europea y la china tiene un impacto positivo en ambos lados y en el mundo en general". Igual que Sánchez, sugirió que "la UE espera fortalecer los intercambios y el diálogo con China, reanudar algunos de los mecanismos más importantes de diálogo lo antes posible y llevar a cabo una cooperación más beneficiosa para ambas partes". 

En el viaje de vuelta, Macron sugirió a algunos medios que "Europa debe reducir su dependencia de Estados Unidos" y no "convertirse en vasallo". ¿Comparte esa postura?

¿Está diciendo que la política exterior de Europa viene dictada por Washington? China ve en la Unión Europea una gran civilización, un gran mercado y un gran actor autónomo en los asuntos internacionales. Nuestra política exterior hacia la UE es clara y coherente: la consideramos un socio para la paz, el crecimiento y la convivencia. Las relaciones sino-europeas no están dirigidas contra terceros, no dependen de terceros ni están sujetas a terceros. Ahora bien, para llevar a buen puerto estas relaciones es primordial que Europa ponga en práctica la autonomía estratégica. 

Desde marzo, Xi ocupa oficialmente tras una reelección sin precedentes los tres principales puestos de poder: es líder del Partido Comunista Chino (PCCh), presidente de la República Popular China y comandante general de las fuerzas armadas como presidente de la Comisión Militar Central. Hay quien sostiene que esta acumulación de poder es un paso más hacia una autocracia cada vez más rígida. ¿Qué opina al respecto? 

Los medios de comunicación exageran. A lo largo de la historia de Occidente también hemos visto figuras políticas muy fuertes con mandatos muy largos, como la señora Angela Merkel y algunos de sus antecesores. Nadie critica eso. Un líder fuerte es necesario para los intereses nacionales y en China tenemos la suerte de tenerlo. Siempre decimos que quién sabe mejor que nadie si los zapatos nos van bien o no somos nosotros mismos. Nuestro modelo político es un asunto meramente interno.

¿Qué significa un líder fuerte? ¿Una mayor acumulación de poder?

Significa alguien con capacidad y voluntad de asumir la responsabilidad de hacer cosas, independientemente de las presiones internas y externas. La reelección de Xi no es más que el reflejo del apoyo natural del Partido Comunista de China (PCCh), que es el partido gobernante por decisión autónoma del pueblo chino, y por tanto de toda la sociedad. 

¿Cuáles son los principales retos que tendrá que abordar el Gobierno de Xi en esta nueva era que sigue a tres años marcados por la pandemia? 

Estamos saliendo de esa crisis sanitaria, pero hay otros desafíos: hay tensiones geopolíticas